¿Educación De Calidad? 5 Datos Claves Para Comprender Al Adolescente Incomprendido
¿Ha tenido de esos momentos «aaaaargh» con sus adolescentes?
La etapa de la adolescencia muchas veces es muy frustrante tanto para «los padres» como para los hijos, ya que se producen grandes cambios en la relación hijo-padre para los cuales ninguno de los dos está preparado.
Lamentablemente en ésta etapa a menudo se produce un quiebre en la relación entre ellos. Muchos padres incluso asumen que éste quiebre es natural y necesario y que simplemente forma parte de la vida.
Sin embargo, se pueden evitar muchos dolores si se maneja la situación correctamente.
Para comenzar, hay que entender cual es la realidad de un adolescente hoy en día. Su vida torna alrededor de sus amigos, algún hobby o deporte favorito y el cumplimiento con sus obligaciones de estudio en el colegio.
En general, el adolescente de hoy en día está muy alejado de la problemática de la vida real que están viviendo sus padres. Además, las pocas responsabilidades que se le exigen no tienen sentido para el o la joven, ya que muchas veces no guardan relación con sus intereses o aspiraciones personales.
Sus vidas no parecen tener conexión con el mundo real en el cual viven.
Incluso se llega al extremo en que los padres hacen enormes sacrificios por la educación de sus hijos, pero el hijo no tiene tiempo para asistirles porque tiene que estudiar.
Comparemos ésta realidad con la vida de un adolescente hace 200 años atrás, antes de la Revolución Industrial, cuando las actividades de la familia todavía giraban alrededor de una empresa familiar.
¿Ud. sabe que no existía el término de «adolescente» en esa época?
Los niños empezaban a una edad muy temprana a adquirir pequeñas responsabilidades en el negocio familiar. En el momento de llegar a lo que hoy llamamos adolescencia, ellos ya eran considerados como adultos jóvenes y tenían aún mayores responsabilidades.
Su vida tenía mucha relación con la vida real y se esperaba de ellos que contribuyeran a la economía familiar en forma significativa.
Los que podían aprendían un oficio o iban a estudiar a muy temprana edad, comparado con hoy en día.
La edad promedio para entrar a las universidades eran los 16 años. Algunos entraban a los 14.
No creo que los adolescentes de antaño hayan sido más inteligentes o precoces que los de hoy en día.
Más bien creo que le hemos alargado demasiado el tiempo para llegar a funcionar como adultos. Los mantenemos artificialmente inmaduros y al mismo tiempo nos quejamos por su inmadurez.
Nuestros adolescentes tienen un tremendo potencial que lamentablemente está dormido en la gran mayoría de ellos. Por eso muchas veces se sienten incomprendidos y buscan invertir sus excesos de energía y creatividad en cosas que no tienen sentido para nosotros, los padres.
¿Cómo ayudarles a involucrarse en actividades más productivas que a su vez los preparen bien para el futuro?
1.- Invítelos a participar en sus decisiones financieras Comparta sus problemas con ellos y discuta como sería mejor solucionarlos.
2.- Involúcrese junto con ellos en su iglesia o en alguna obra de caridad. Los adolescentes son idealistas y añoran hacer un aporte a la comunidad.
3.- Dedíquese a pasar tiempo con ellos para que pueda conocer la problemática de su mundo y para poder aconsejarles.
4.- No rechace sus intereses ni su forma de expresarse o de vestirse. Acuérdese que en cada adolescente hay un adulto formando su propia identidad y muchas veces son torpes aún en manifestarla. Los peinados locos y los aros en los ombligos van a pasar, pero el amor y la comprensión que sembró en ellos durará toda una vida.
5.- Enséñeles a su adolescente habilidades emprendedoras. Ellos tienen un tremendo potencial para desarrollar y explotar sus talentos y habilidades que son únicas en cada ser humano.
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De Bettina Langerfeldt, cuya pasión es enseñar a personas de todas las edades como adquirir una visión para su vida, como ponerse metas y después perseguir la educación específica para que puedan lograrlas.