Recorrer la información acerca de las estadîsticas matrimoniales es casi decepcionante. Digo, porque ellas nos demuestran que casi como un matrimonio se concibe, otro está deshaciéndose. ¿Qué es lo que está sucediendo? O tal vez debamos preguntarnos: ¿Tiene futuro en nuestra sociedad esa intitución que llamamos matrimonio? Antes las estadísticas mencionadas es casi lógico que al ver como la proporción del divorcio crece constantemente, que mucha gente se vuelva pesimista sobre ello.
Volviéndonos a un punto mas específico, podemos decir que para dos personas que se aman, pero que no llegan a entenderse, es un dolor muy profundo y angustioso el que tienen que vivir.
De alli que la buena comunicación séa desde el comienzo de cualquier relación la base que determinará el futuro de la misma. Lo contrario no ayudará a la familia, ni tampocos a sus hijos.
Claro está, que cuando hablamos de comprensión en un matrimonio, no significa ello que no haya diferencias. En primer lugar, porque la comprensión no es algo que viene o se consigue facilmente. Y en segundo lugar, porque una actitud a compartir diferentes puntos de vista, o si queremos llamarlo “el otro lado de la cuestión”, necesitará una disposición de ambas partes a discutir las cosas y adaptarse a sus honestas diferencias de opinión.
Lo bueno de todo esto, es que no necesariamente una situación conflictiva tiene que llevarnos a un final amargo. Sólo hace falta una buena dosis de determinación. Hay que trabajar el diálogo. Hacer actividades que nos acerquen y nos lleven a situaciones donde podamos conversar. Una buena charla puede resolver muchos conflictos. Si estamos determinados a salvar nuestra relación estaremos dispuestos a agudizar el ingenio para acercarnos al otro, tratar de ponernos en su piel y entender su experiencia. No olvide que muchas veces es necesario ceder para ganar.