El Milagro De La Educación
EL MILAGRO DE LA HUMANIDAD ESTÁ EN EDUCAR
Todo se puede perder con el tiempo, dinero, bienes y amigos, pero lo único que queda en la persona es su educación…
LA EDUCACIÓN QUE ENCIERRA UN TESORO
A partir de la difusión de las ideas de Edward de Bono, profesor de la Universidad de Oxford, sobre el uso del pensamiento lateral, me interesé en la relación existente entre la creatividad y el hemisferio cerebral derecho, así como la relativa utilidad del sobrevaluado pensamiento lógico. Sin embargo, fue a partir de estudios en esta área cuando comprendí la necesidad de desarrollar el idealismo en la gente para soñar despiertos el maravilloso sueño de una vida plena y satisfactoria: soñar que se puede y debe ser mejor, soñar que podemos cambiar un bien por un bien mayor.
Esta forma de conciencia de que sólo los idealistas pueden cambiar muchas situaciones vergonzosas de su realidad (ya que los realistas tienen el grave defecto de aceptarla), es la que me hizo profundizar en el tema de cómo los seres humanos percibimos la vida de acuerdo con nuestro predominio cerebral.
ANTECEDENTES
Cuatro siglos antes del nacimiento de Cristo, el griego Hipócrates descubrió la división cerebral al observar que, cuando una persona sufría un daño en uno de los hemisferios del cerebro, las funciones motoras de la parte opuesta del cuerpo experimentaban disfunciones. Estas observaciones llevaron a Hipócrates a la inferencia de que el cerebro del ser humano es doble.
En el siglo XIX, el cirujano francés Paul Broca confirmó, mediante estudios en cadáveres de personas que sufrieron afasia (pérdida de la habilidad para hablar) que el centro del lenguaje se localiza en el hemisferio cerebral izquierdo.
Lo anterior no significa que el lado izquierdo del cerebro constituya el hemisferio líder o que las personas zurdas posean un hemisferio cerebral derecho muy desarrollado.
En los años cuarentas de nuestro siglo se iniciaron los experimentos quirúrgicos con pacientes epilépticos para controlar su enfermedad, seccionando una parte del cuerpo calloso (la espesa banda de fibras nerviosas que une a los dos hemisferios). Estos primeros experimentos no fueron muy exitosos en virtud de que el corte en el corpus callosum había sido parcial y no total. En 1965, los cirujanos Philip Vogel y Joe Bogen lograron la primera operación exitosa de cerebro seccionado en un paciente epiléptico, evitando así que las tormentas eléctricas que se desarrollan en un hemisferio pasen al opuesto utilizando el puente del cuerpo calloso.
Contando con la colaboración de pacientes epilépticos que se habían sometido a la operación de cerebro seccionado, el doctor Roger Sperry determinó que el hemisferio cerebral izquierdo es el responsable del lenguaje, así como del pensamiento lineal, analítico y racional, en tanto que el derecho tiene la función creativa, integradora, emotiva y espacial.
En 1975 el psicólogo Robert Ornstein, partiendo de los estudios de Sperry, establece, en su libro La psicología del conocimiento, el basamento de los actuales conocimientos cerebrales al afirmar que puede medirse y predecirse la especialización de los hemisferios cerebrales.
Ornstein afirma que los conocimientos esotéricos orientales (zen, yoga, etc.) se han centrado en la conciencia del hemisferio derecho (por ejemplo, la alteración de la frecuencia cardiaca por medio de la meditación). En agudo contraste, la psicología occidental se ha ocupado casi exclusivamente de la conciencia del hemisferio izquierdo, con el pensamiento lógico.
En el año 1976 apareció un interesante artículo en la prestigiada publicación Harvard Business Review, firmado por el doctor Henry Mintzberg; el artículo se tituló «Planificación en el izquierdo, dirección en el derecho»; aquí el autor cuestiona a los lectores con preguntas tales como: ¿por qué algunas personas son tan inteligentes y tan torpes al mismo tiempo; tan capaces de dominar ciertas actividades mentales, pero tan incapaces de dominar otras? ¿Por qué algunos administradores con gran capacidad para los procesos organizacionales parecen incapaces de comprender el alcance de la filosofía de la empresa?
El doctor Mintzberg aclara que un individuo puede ser inteligente y torpe al mismo tiempo porque un lado de su cerebro está más desarrollado que el otro.
En el libro Concierto para cuatro cerebros, el médico mexicano Jorge Abia menciona que el terreno de cómo funciona el cerebro humano se enriquece día a día, y enfatiza la complementariedad de los dos hemisferios, pues si bien la información verbal se genera de manera más frecuente en el cerebro izquierdo, el cerebro derecho imprime tono emocional y matiz tan importantes en la comunicación como la información transmitida con palabras.
En conclusión, dice el doctor Abia, si usamos el término de dos cerebros es para destacar que existen dos formas de aprehender el mundo, dos canales paralelos para la misma información, en los cuales se cotejan distintos aspectos ante un mismo fenómeno.
UN ESTUCHE CRANEAL PARA CUATRO CEREBROS
Todos estos antecedentes tienen por objeto ubicar y entender la obra de Ned Herrmann sobre el aprendizaje del cerebro integral, pues sus repercusiones en el terreno educativo son de una enorme importancia.
Ned Herrmann relata en su bellísimo libro The creative brain cómo empezó a investigar las funciones cerebrales tratando de explicarse su doble inclinación por las ciencias (física) y las artes (escultura y canto).
Leyendo el artículo de H. Mintzger (ya comentado), Ned comprendió -en su rol de instructor en un instituto de desarrollo gerencial- que si un individuo es capaz y tonto en su trabajo, al mismo tiempo, de la misma manera seria capaz y tonto en su proceso de aprendizaje.
Inmediatamente, Herrmann empezó a cuestionar el diseño de sus cursos gerenciales comprendiendo que estaba impartiendo enseñanza a personas de diferentes predominios cerebrales, los cuales percibían el contenido del curso con diferentes enfoques.
Conociendo Ned que el hemisferio cerebral izquierdo prefiere los procesos duros cognoscitivos y las actividades cuantitativas, matemáticas, organizativas y secuenciales, y que el hemisferio cerebral derecho favorece los procesos blandos conceptuales,