traumatólogo, gastroenterólogo hasta urgencias hospitalarias.
Es causa de absentismo escolar, tanto por el cansancio como por la sensación de enfermedad que el niño presenta, y a ello hay que añadir la dificultad en la valoración del dolor subjetivo por parte del niño y la angustia expresada por los padres por la falta de información en el diagnóstico de la enfermedad presentada en su hijo.
3.2. Etiología
La etiología de la enfermedad es causa de debate en estos últimos años, ya que no se conoce un factor etiológico de la enfermedad.
Los investigadores especulan que hay muchos factores diversos que, por sí solos o en combinación con otros, pueden causar fibromialgia.
Por ejemplo, factores tales como una enfermedad infecciosa, trauma físico o emocional, o cambios hormonales, pueden contribuir al dolor generalizado, fatiga y trastornos del sueño que caracterizan a esta dolencia. (Ver Tabla I).
En lo que se refiere a los pacientes, más del 50% de ellos refieren algún suceso concreto al comienzo de los síntomas.
La enfermedad viral suele ser la más frecuente, aunque también se comunican traumatismos físicos, alteraciones emocionales y cambios en la medicación como la supresión de esteroides.
Entre las infecciones descritas como causa desencadenante, la infección vírica ocupa un lugar importante (55%), destacando principalmente el virus de Epstein-Barr, el parvovirus, al igual que la asociación con el herpes virus-6 y el Coxackie B12. Buskila y cols. aportan una serie donde el 29% de los pacientes con inmudeficiencia (VIH) presentan fibromialgia. En una serie de 100 pacientes afectos de enfermedad de Lyme, 25 asocian fibromialgia. Este modelo vírico de la fibromialgia que fue aceptado durante años, aunque actualmente parece superado y no se cree que exista una relación directa entre infección y FBM, sino más bien que la ansiedad y la preocupación por la enfermedad infecciosa, motivarían inactividad, trastornos del sueño, y dolor muscular.
Los últimos avances en genética apuntaron a alteraciones génicas, de forma que se demostró estadísticamente que existe una predisposición genética, no a la fibromialgia, sino predisposición a desarrollarla mostrando los estudios de familia cierta agregación familiar. No significa esto que sea hereditaria, sino que existiría cierta predisposición. Según este modelo genético, sobre el terreno fértil que supone el individuo predispuesto, podría actuar un agente disparador, como un traumatismo (habitualmente a nivel del cuello), o una infección.
Se considera también que puede haber diversos tipos de traumatismos emocionales que actuarían de agente disparador de la fibromialgia.
Varios estudios sugieren alteraciones en la bioquímica del músculo, algunas personas con fibromialgia presentan niveles anómalos de varias de las sustancias químicas involucradas en la transmisión y amplificación de la sensación de dolor, tanto hacia el cerebro como desde éste. Se desconoce si tales anomalías son la causa o el resultado de la fibromialgia.
En cualquier caso, la mayoría de autores y modelos no han hallado evidencias de que la fibromialgia sea una forma de comienzo de otra enfermedad.
3.3. Características Clínicas: Síntomas y señales
Figura nº 1
El eje central de la fibromialgia es el dolor. Muchos seres humanos sienten con cierta frecuencia dolores o malestar general.
En la mayoría de los casos la escasa relevancia de la percepción, hace que sobrelleven su situación o recurran a la automedicación, y sólo una minoría acude a la atención médica. De entre estas personas, el dolor musculoesquelético, es generalizado en un número más limitado de casos. Si a este grupo, se les presiona en los puntos hipersensibles (concepto ampliado más adelante), muchos individuos tendrán dolor en un punto, algunos menos en dos, aún menos en tres y así sucesivamente. Al acordar que sean once los puntos a valorar, no se ha hecho sino establecer un dintel. Se ha seleccionado de forma artificial a las personas más sensibles al dolor a la presión. El hecho llamativo, es que personas que han sido seleccionadas por su nivel de dolor musculoesquelético, con frecuencia comparten rasgos ajenos al mismo (depresión, ansiedad, cansancio, colon irritable…), lo que sugiere un nexo de unión.
De este modo, el dolor, el cansancio y la incapacidad son mayores a medida que aumenta el número de puntos dolorosos a la presión.
Se cree que en la FM los mecanismos del dolor tienen un funcionamiento anormal, lo que permite la mayor percepción de dolor. Bastará una pequeña sobrecarga de una articulación o de una parte del cuerpo, para notar sensaciones dolorosas.
Dolor
El dolor muscular general constituye el síntoma más destacado de la fibromialgia. Suele, de manera genérica, ocurrir en todo el cuerpo, aunque comience en una región localizada del mismo, tal como el cuello y los hombros, y extenderse a otras áreas al cabo de cierto tiempo.
El dolor producido por la fibromialgia ha sido descrito de diversas formas: ardentía, punzada, rigidez y sensibilidad.
Suele ser frecuente que varíe según la hora del día, el nivel de actividad física, el clima, los patrones de sueño y la fatiga nerviosa.
La mayoría de las personas con fibromialgia dice que siempre sienten algo de dolor. Estas personas sienten el dolor principalmente en los músculos. Y, para algunas personas, el dolor puede ser bastante severo.
Aunque el resultado del examen físico general es, en la mayoría de los casos, normal, presentando las personas un aspecto saludable, si se realiza un examen cuidadoso de los músculos de estos sujetos con fibromialgia, podremos constatar diferentes zonas sensibles al tacto en lugares específicos, llamados puntos hipersensibles (Figura nº 1).
Los puntos hipersensibles son áreas del cuerpo que resultan dolorosas cuando se ejerce presión sobre ellas. La presencia y el patrón de estos puntos característicamente hipersensibles diferencian la fibromialgia de otras afecciones.
El especialista más indicado para realizar el examen de evaluación de estos puntos hipersensibles será el reumatólogo.
Los puntos hipersensibles asociados con la fibromialgia tienen una ubicación similar a la de los puntos hipersensibles presentes en otros tipos comunes de dolor muscular y de huesos, tales como el codo de tenista (epicondilitis lateral). Un punto hipersensible a un lado del cuerpo suele tener un punto hipersensible correspondiente en el mismo lugar, en el lado opuesto del cuerpo.
Los puntos que están presentados en la figura nº 1 suelen ser los más comunes. Sin embargo, otros músculos y áreas de tejidos blandos también pueden resultar dolorosos.
Es muy común que el paciente desconozca la ubicación exacta o incluso la presencia de muchos de estos puntos hipersensibles, hasta que un médico lleva a cabo la evaluación correspondiente.
Anquilosamiento: Además del dolor, la rigidez del cuerpo puede representar un problema agobiador para las personas con fibromialgia. Esta rigidez puede notarse particularmente temprano en la mañana, después de permanecer sentado por períodos prolongados o de estar de pie sin moverse, o por cambios de la temperatura o de la humedad relativa.
Fatiga y alteraciones en el sueño
El 70-80% de los pacientes con FM se quejan de tener un sueño de mala calidad: «me levanto más cansado de lo que me acuesto», empeorando el dolor los días que duermen mal. Suelen experimentar fatiga moderada o severa, menor resistencia al esfuerzo o el agotamiento típico propios de la gripe o la falta de sueño. A pesar de dormir las horas suficientes, los pacientes que sufren del SFM pueden despertarse y sentirse todavía cansados como si apenas se hubiera dormido. Pueden experimentar dificultades al tratar de dormirse o en mantenerse dormidos. Algunos también sufren de apnea durante el sueño.
Se desconocen las razones por las que la fibromialgia causa que el sueño no sea reparador y otras dificultades del sueño. Sin embargo, las primeras investigaciones que se hicieron en laboratorios de sueño sobre el SFM documentaron interrupciones en la etapa más profunda del sueño (la etapa delta) de algunos pacientes con fibromialgia.
Aunque estos pacientes pueden conciliar el sueño sin grandes dificultades, tienen un sueño muy ligero y se despiertan con frecuencia durante la noche.
A menudo, estas personas se levantan sintiéndose cansadas, incluso después de haber dormido durante toda la noche. La fatiga resultante puede ir desde la apatía y la disminución de resistencia hasta el agotamiento. El nivel de fatiga experimentado puede variar de un día para otro. Los registros electroencefalográficos están alterados en el sentido de que en esta fase se detectan unas ondas similares a las que mantienen la actividad alerta del cerebro. Se desconoce si estas ondas están relacionadas con la causa de la enfermedad o son la consecuencia de la misma.
En ocasiones, la fatiga es más